Ella,de ratos,me mira con insistencia,con un destello de comuniòn en sus ojos que hace brillar mi noche.El cigarrillo permance largo tiempo entre sus dedos,con los cuales deja caer con encanto las cenizas sobre la vereda.
La escucho con atenciòn,y siento su voz endulzarme el alma.La oigo con tanta veneraciòn,que me hace olvidar que el cansancio muerde mis huesos,pulverizando mis ganas...aniquilando mi cordura..
Cuando habla del amor,lleva el cigarrillo nerviosamente a sus labios,y el brillo de la pequeña brasa forma una estrella en el reflejo de sus ojos;eso me hizo reir,recordè la noche de año nuevo,brindando con sus ausencia,cuando elevè mi mirada al cielo,y creì ver la suya.
Nuestra conversaciòn fue corta y profunda,como esas heridas que uno sabe que van a dejar una cicatriz,pero dejo mucho mas que eso: Me bañò en esperanza,tejiò sobre mi carne un sabor a horizonte llano,donde me pueda establecer,Donde mis pies no teman perder el rumbo.
Tan pronto terminò la comuniòn,concluimos con un abrazo,en el que se fundieron nuestras almas por un segundo mas.Despues de eso nos invadieron las sombras.Pase a un segundo plano en su noche,a penas si rozaba su mirada accidentalmente con la mia.Pero parecìa que ese encuentro que sòlo minutos atràs habuamos tenido,significò màs para mi que para ella.
No es un reclamo,tampoco una historia, es un recuerdo que me abordò esta tarde cuando notè la distancia abismal entre su alma y la mia,incluso cuando sus labios habian rozado mis mejillas dejando otra vez el acido sabor a decepciòn que hoy corroe mi piel,esparciendose centimetro a centrimetro
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